Un día de meseta, por la RN40S y la RN242, entre Ñorquincó y Río Chico, al N del Paralelo 42, las cuatro primeras corresponden a la alejada estación de tren de Ñorquincó, curiosamente separada del pueblo por varios kilómetros y a escenas urbanas de mañana de domingo, una estación que ofrece un cartel de bienvenida que reza, domingos cerrado, y un hotel que no lo es, o ño lo es, de todas maneras son trazas para bucear en detalles, gestos, sitios congelados en los tiempos.
En la quinta se divisa a lo lejos el Cerro Mesa, la sexta nos ubica en la estación de esta localidad asentada sobre una larga calle, llena de chicos y con un inesperado movimiento, que contrasta con la infinita quietud que se vive en los alrededores inmediatos, luego improntas de vagones abandonados en las vías, detalles, colores y texturas.
De la 10 a la 14, la obra maestra de ingeniería del Viejo Expreso Patagónico, el puente sobre el Río Chico y el túnel curvo que se encuentra en uno de sus extremos, para llegar hasta allí hay que circular 3km por las vías, o ir costeando el río, no hay caminos. Su primera visión llena de asombro por la escala, por la ubicación, la segunda invita a cruzarlo, con precaución, ya que siempre corre mucho viento, los durmientes tienen una considerable separación entre sí, y los laterales del puente se hallan lejos, con un hueco al vacío entre la vía y ellos, pero la recompensa nos espera si sorteamos todo eso, las mejores vistas del puente, el túnel y el paisaje que se dibuja al otro lado del río (toma 15).
Con esta serie doy fin al capítulo meseta I, luego vendrán el frustrado viaje al corazón de Aisén, y la meseta II, terminando así la etapa patagónica de un extenso recorrido.
En la quinta se divisa a lo lejos el Cerro Mesa, la sexta nos ubica en la estación de esta localidad asentada sobre una larga calle, llena de chicos y con un inesperado movimiento, que contrasta con la infinita quietud que se vive en los alrededores inmediatos, luego improntas de vagones abandonados en las vías, detalles, colores y texturas.
De la 10 a la 14, la obra maestra de ingeniería del Viejo Expreso Patagónico, el puente sobre el Río Chico y el túnel curvo que se encuentra en uno de sus extremos, para llegar hasta allí hay que circular 3km por las vías, o ir costeando el río, no hay caminos. Su primera visión llena de asombro por la escala, por la ubicación, la segunda invita a cruzarlo, con precaución, ya que siempre corre mucho viento, los durmientes tienen una considerable separación entre sí, y los laterales del puente se hallan lejos, con un hueco al vacío entre la vía y ellos, pero la recompensa nos espera si sorteamos todo eso, las mejores vistas del puente, el túnel y el paisaje que se dibuja al otro lado del río (toma 15).
Con esta serie doy fin al capítulo meseta I, luego vendrán el frustrado viaje al corazón de Aisén, y la meseta II, terminando así la etapa patagónica de un extenso recorrido.
Muy interesante, para los amantes de la naturaleza y la soledad. ¡Muy hermosos!
ResponderEliminarVivi con mi familia en Río Chico, cuando tenía 4 años, muy pocos recuerdos, apenas la nieve y esas noches interminables...mi madre tiene imágenes imborrables de hielo, la luna llena y el cerro Mesa, dice que tiene una "foto" en su cabeza y se lamenta de no poder compartirla
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