De repente la Cecy, mi guía espiritual por los caminos esteparios, recordó que por la zona había una estancia que contenía un museo, nos desviamos, llegamos, entramos y nadie apareció, un cartel versaba, pase, entre nomás, y..., privó la contaminación ciudadana, el sentir que estaba violando un espacio que no me pertenecía, la culpa que nos han transmitido años de tradición, desconfianzas y derechos de propiedad.
Un par de fotos y vuelta al camino, ahora sí buscando un atajo para no volver a Jacobacci y retomar la 23 rumbo al oeste, rumbo al imperio del frío.
Un par de fotos y vuelta al camino, ahora sí buscando un atajo para no volver a Jacobacci y retomar la 23 rumbo al oeste, rumbo al imperio del frío.
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