El primer contacto con un habitante se refirió a si veníamos por lo del aviso, que aviso?...
En verdad no lo recordaba, es más no sé si alguna vez lo ví, dejo el enlace a la mentada publicidad y su posterior resolución.
Clemente Onelli, son 34 familias que viven bajo el karma de poseer el récod de baja temperatura en el territorio continental argentino, recuerdan también haber desaparecido bajo una gruesa capa de cenizas y saben que su único teléfono público hace tiempo que no funciona. En 2006 llegó por primera vez el gas, que durante años vieron pasar por delante sin detenerse al igual que los camiones y colectivos que circulan por la Línea Sur, Onelli respira olvido, respira resignación con la sabiduría que casi nada va a pasar, salvo su querido tren que dos veces por semana, una en forma ascendente y otra descendente parará para no llevar a nadie, porque si hay donde ir no hay con que comprar el pasaje.
Onelli duele como tantos otros sitios, postergados, sufridamente postergados que todavía esperan que alguien contribuya a mejorar la calidad de vida de sus 34 familias, pero sin publicidades sensibleras mediante.
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