La tarde del primer día se la dediqué a la vecina vírgen de San Antonio Oeste, su homónima del Este, cabecera del puerto de aguas profundas por donde sale al exterior parte de la producción de frutas del Alto Valle. Un muelle, treinta casas, bailables con lucecitas rojas, galpones acondicionados para almacenar peras y manzanas, playones para camiones y camioneros, un par de edificios oficiales y nada más, el resto sol, viento, polvo y soledad en exceso, la contrapartida, las mejores playas, las más exóticas como la impresionante de las Conchitas, una lobería escondida, tanto que sus integrantes permiten que te acerques a escasos dos metros y como si nada, siguen su placentera existencia, en síntesis treinta casas, un muelle, una inútil grúa gigante y la vastedad de la Patagonia mas pura reinando en todo su esplendor.
La vuelta tardía me lleva nuevamente al sector de costa de Antonio del Oeste, ahora para contemplar de cerca la fábrica Alpat, (Álcalis de la Patagonia) mega estructura que produce carbonato de sodio para medio planeta, emprendimiento que mantiene dividida la opinión de los habitantes locales, están los que le atribuyen contaminación física y visual y los que defienden puestos de trabajo con muy buenas remuneraciones y posibilidades de crecimiento, escucho voces dispares y cada una tiene razones valederas para confrontar, me vuelvo pensando en esas confrontaciones que parecen instaladas en cada tema de la vida nacional, confrontaciones y contradicciones que se alojan dentro de uno mismo y que le otorgan buena dósis de picante a la vida.
La vuelta tardía me lleva nuevamente al sector de costa de Antonio del Oeste, ahora para contemplar de cerca la fábrica Alpat, (Álcalis de la Patagonia) mega estructura que produce carbonato de sodio para medio planeta, emprendimiento que mantiene dividida la opinión de los habitantes locales, están los que le atribuyen contaminación física y visual y los que defienden puestos de trabajo con muy buenas remuneraciones y posibilidades de crecimiento, escucho voces dispares y cada una tiene razones valederas para confrontar, me vuelvo pensando en esas confrontaciones que parecen instaladas en cada tema de la vida nacional, confrontaciones y contradicciones que se alojan dentro de uno mismo y que le otorgan buena dósis de picante a la vida.
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