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jueves, 18 de abril de 2013

Monumento Nacional Bosque Petrificado, Santa Cruz, Argentina

Quinto día, el ambiente cálido de la habitación provocó que descansara muy bien y los signos de interrogación que marcaban la jornada serían el rasgo característico a lo largo de las horas. A las 8.30 estaba ya dispuesto en la estación de servicio, tempranito, por las dudas, y tempranito sucedió la primera sorpresa, estaba cerrada la oficina de usos múltiples porque la señora había tenido que viajar de urgencia a Deseado, adiós cafecito express. A esa hora solo nos encontrábamos el playero y yo, chango éste que conocía mi intención y de una me ofreció mate y refugio en la gomería. A medida que avanzaba el tiempo y el realizaba las tareas diarias me convertí en su vocero de prensa, encargado de dar a conocer la noticia que el núcleo de consumo estaría cerrado hasta la tarde, camioneros de lenguas y acentos diversos, viajeros de dialectos irreconocibles, locales, petroleros, turistas nacionales, todos preguntaban y todos seguían viaje con alguna respuesta, a esta altura creo que un poco estaba retribuyendo la atención que me habían dispensado ayer, tanto que cuando reparé en la hora el cielo interno se nubló de inmediato, las 11 y del encargado del Parque ni rastro, tá no va a venir, y ahora que...
El playero expendía combustible mientras el tiempo se agotaba, mediodía, cambio de turno y no me quedó otra que zambullirme desnudo a las aguas del Ártico.
- Maestro, mirá hace unas cinco horas que espero al encargado del Parque que quedó en pasarme a buscar para llevarme hasta él, y me parece que no va a venir, te parece que vendrá
- No seguro que ya pasó, se habrá olvidado, anda a mil
- No habrá alguna posibilidad digo que alguien me arrime, no conoces a alguien
- Dejalo por mi cuenta.
Pasada la una de la tarde rumbeaba nuevamente al sur junto a un empleado municipal de vacaciones, don, traje a la patrona si no le molesta, me dice, ella no conoce el bosque y eso que nació acá, segunda sorpresa.
Desde Fitz hay que transitar 90 kilómetros por la RN3 y luego 50 mas por una ruta de ripio bien conservada pero con mucho serrucho.
El área del Monumento Natural no cuenta con servicios, kilómetros antes hay un camping, existe sí un espacio de interpretación y mucha disposición por parte del personal que siempre está dispuesto a transmitir conocimiento. El sendero tiene una extensión de dos mil metros y hay troncos de araucarias petrificadas por doquier, a lo lejos una tormenta descarga agua, tantos días esquivándola me habían convertido en experto, seguramente no me alcanzaría.
Estoy a unos cuatrocientos metros de las oficinas del Parque y la tormenta golpea mis espaldas, le gano, le gano, le gano, comienza a llover, diluvia, diluvia, joder con los expertos...
Empapado llego al centro, y que se puede hacer, nada y para colmo ya no llueve, la verdad el pensamiento primario es que todo suma, suma en experiencia, en temple, en respeto al esplendor que la naturaleza me dispensa en este lugar inhóspito, deliberadamente crudo y brutal. La charla se hace amena con los guarda parques  pero es hora de continuar con el viaje, Jaramillo es el próximo destino y de ahí rumbo directo a Puerto Deseado.

http://www.parquesnacionales.gov.ar/parques/ver_noticia.php?id=29

2 comentarios:

  1. Estuve en este bosque hace como 20 años. Con un día, a diferencia del que viviste vos, absolutamente celeste y tremendamente bello, contrastando el beige amarillento de los troncos petrificados, con el color del cielo. Nunca olvidaré la sensación de estar en un lugar tan especial y en soledad, sólo el guardaparque y yo! La naturaleza con una cachetada silenciosa. Gracias por subir estas fotos, me traen muchos recuerdos ya que, para cuando yo estuve, mi humilde "maquinita pocket", hizo que la calidad de las imagenes que capturé, se fuera desvaneciendo con los años. No así mis recuerdos. Abrazooo, Rodo.

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  2. Me complace ser una especie de máquina removedora de recuerdos, en especial cuando esas vivencias corresponden a personas con un interior tan profundo. Tan profundo que puedo imaginar como sentir el lugar a través de tu sol.

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