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martes, 2 de abril de 2013

Parque Nacional Monte León. La Pingüinera, Santa Cruz, Argentina

El personal de las delegaciones de turismo suele aplicar un trato cordial para con el visitante, siempre y cuando el visitante no se torne preguntón, ahí la respuesta suele ser mas fría, cortante, esquiva, en este caso funcionó la segunda opción ante tanto interrogatorio sobre como y cuando visitar el PN Monte León, incluso obtuve similar respuesta en las oficinas mismas de la administración del parque, el mismo folleto, las mismas  someras explicaciones y la misma interpretación de las tablas de marea, la experiencia me decía que no debía ser tan rosa y sencillo todo.
Me contacté con el Amigo Pancho Morales, conocedor de los difíciles caminos costeros y la primera consideración fue, si llueve extendido, o con mucha agua de golpe no vamos porque no salís más, el camino es tierra arcillosa blanda, el peor suelo mezclado con el agua. Con la tormenta arriba nuestro, surcamos los 70 kilómetros de la RN288, prolijamente pavimentada hasta el cruce con la RN3, y de allí una veintena más rumbo S hasta las dependencias del parque para registrar el ingreso. Excelente atención como siempre dispensada por el personal in situ de PN, recomendaciones, fotos, explicaciones, cuidado con el viento, con la lluvia, con los pumas, como?, sí en la zona abundan ya que se comen a los pequeños pingüinitos, por eso el sendero se cierra alas 19.00, de todas maneras no es bueno andar solo y si tiene la fortuna de toparse con uno, mírelo fijamente, no corra, grite, mueva los brazos para que el animal crea que está tratando con un pulpo gigante de 19 metros de altura, de todas manera el puma no ataca al hombre..., salvo, salvo que sea una mamá puma que esté en plena clase de caza mayor enseñándole a sus crías como actuar ante un turista gordito petrificado de pánico, en ese caso, si tiene un lápiz a mano esboce un rápido testamento, si no simplemente rece. También recibí de su parte otra noticia quizás peor que un encuentro cercano con nuestro gran gato salvaje, pero eso será motivo de un enojo mas adelante.
La entrada al PN propiamente dicha queda 6 kilómetros mas al S, y ahí no hay nada ni nadie que te registre o informe, la tormenta sigue en modo espera bien sobre nuestras cabezas y a disfrutar del único parque costero. El sendero de la pingüinera tiene unos 3 kilómetros, ida y vuelta y se recorre en una hora a paso lento, guanacos, choiques y roedores varios deambulan libremente para nada preocupados por el visitante que se aproxima, decidí hacerle caso omiso al clima, y si llovía volvería solo y mojado, o seguiría solo y mojado, de todas maneras para vivir esas contingencias extremas elegí este trozo de mundo para recorrer.
La pingüinera está casi vacía, para marzo los padres se adentran al océano en busca de alimento, y los pequeños quedan en tierra mudando el plumaje que les otorgará el definitivo que les permitirá pasar los próximos seis meses en alta mar, por ahora se ven grupitos numerosos de pequeñuelos y algún que otro renegado solitario.
El paisaje costero es de una belleza abrumadora, y trato de imaginármelo con un cielo despejado, al amanecer y con el ocaso en ciernes, y pienso que todas las lecturas se verían bien bien diferentes, por ahora el viento reina a voluntad, la bruma condimenta con ese toque fantasmal que le impone a la geografía y la lluvia todavía no moja, vuelvo tratando de no olvidarme de ningún detalle de lo hasta ahora vivido.
Ya fuera del sendero me restan por delante otros 11 kilómetros hasta el sector de restinga, con varias paradas intermedias, la próxima subir hasta la cabeza del león, formación que se aprecia en la última toma y que justamente le ha dado nombre al Parque Nacional, el viento cada vez mas intenso enloquece a las nubes que no saben para que lado circular y eso favorece que no llueva. Mediodía, me restan cinco horas para llegar hasta el refugio-parador, ya que las cinco es la hora pautada para que Pancho me pasea buscar, siempre y cunado no llueva con fuerza, si lo hace el plan de contingencia I, es quedarme en el refugio y que personal de PN me saque hasta la ruta cuando cierren el recinto, el plan II quedarme bajo techo hasta que amaine, alojándome en la cabaña, el plan III joderme.


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